Yoga en la sala de clases: ¿sólo una moda, o un nuevo indispensable?
3 de mayo 2018
Cultivar la plenitud mental en las escuelas ha recibido una gran atención en todo el mundo debido a su asociación con un mejor bienestar psicológico y la reducción de los trastornos de salud relacionados con el estrés. Catherine Mihowich, profesora de 3º básico del International School Saigon Pearl (ISSP) en Vietnam, habla sobre los beneficios que ha visto al enseñar técnicas de yoga y conciencia plena incluso a los estudiantes más jóvenes.
El yoga es una parte tan importante de mi vida privada que no puedo creer que no se haya extendido previamente a otras partes también. El año pasado, cuando tomé un curso para convertirme en instructora de yoga para niños, pensé en utilizarlo en mi sala de básica.
El yoga tiene una serie de beneficios para la salud: mayor flexibilidad y equilibrio, un sistema inmunitario potenciado, aumento del tono y la fuerza muscular, pérdida de peso, salud cardiovascular y circulatoria, respiración mejorada, más energía y protección contra lesiones, por nombrar algunos. Los estudiantes también pueden beneficiarse a través de un mayor enfoque, conciencia corporal y desarrollo de habilidades motoras gruesas, manejo del estrés, mayor confianza, una autoimagen positiva y aprendiendo cómo usar sus cuerpos de una manera saludable.
Después de sólo una sesión, mis estudiantes notaron una disminución del 58 por ciento en el dolor, una reducción del 68 por ciento en el estrés y un 68 por ciento de aumento en la relajación.
La investigación emergente también sugiere que el yoga puede ayudar a los estudiantes con el trastorno por déficit de atención e hiperactividad al mejorar la atención, la hiperactividad y la impulsividad. También puede aumentar el rendimiento en el colegio, y varias instituciones ya lo están introduciendo a la educación física o al plan de estudios.
Además de practicar yoga, podemos llevar más atención a nuestras salas a través de la meditación básica, donde los estudiantes se sientan en silencio y se concentran en la respiración natural o en una palabra o mantra que se repite en silencio. Otra forma es concentrarse en sensaciones corporales sutiles, tales como un picor u hormigueo y dejándolo pasar.
Los estudiantes más jóvenes sólo están aprendiendo acerca de sus cuerpos; cómo moverlos y de qué son capaces. Participan en actividades de narración activa, baile y otras actividades para crear sensaciones.
El objetivo no es realizar una clase de yoga demasiado grande o una sesión de meditación, sino enfocar, prestar atención, alcanzar inteligencias múltiples y, en general, divertirse.